Hoy es jueves Santo, el día del amor fraterno. Hoy celebramos que Jesucristo nos amó tanto que dio la vida por nosotros. Hoy celebramos que nos dejó su cuerpo y su sangre en la eucaristía. Hoy celebramos que nos dejó un mandato, que nos amásemos todos como el nos había amado. Hoy celebramos también otro mandato: el del servicio Jesús nos pide “que lavemos los pies” a todos nuestros hermanos. Hoy es un día muy especial para todos los cristianos. Hoy acompañamos a Jesus en los momentos antes De la Cruz. Hoy os escribo estas líneas desde la Iglesia, ante el sagrario, acompañando a Jesus en su camino al calvario, a la cruz. Mañana viernes, hoy o ayer cuando muchos lo leáis, celebramos la Pasión, la muerte de Jesús en la cruz, como un ladrón, en el peor de los castigos, simplemente por amar a los demás. este es el misterio de los cristianos. Dios hecho hombre que ama tanto a los hombres que lo demuestra muriendo en la cruz. Podría haberlo evitado, pero la prueba maxima del amor es aquel que da la vida. En catequesis muchas veces os he dicho que seguro que en vuestra vida hay personas que sacrificarían su vida por todo lo que os quieren, por vosotros. Padres, abuelos, hermanos. Agradezcamos hoy ese amor, agradezcamos a Jesus todo lo que nos ama, que da la vida en la cruz, y que nos pide a nosotros que nos amemos “igual que el nos ha amado”, amar a los demás hasta dar la vida por ellos, dejar nuestros egoísmos, nuestros caprichos, por amor, y demostrar a los que nos rodean cuanto los amamos, no nos piden morir en la cruz, pero debemos demostrar cuanto los amamos. Como tarea os voy a poner una sencilla y bonita: contad y decid cuanto queréis a las personas que os rodean. Os invito ahora a parar, a ir corriendo, a darles un abrazo, y decís gracias por quererme, yo también te quiero. Hacedlo también con los que tenéis un poco más lejos, con vuestros abuelos, hermanos, tíos, a quien queráis. Dedicad un momento para ir y decirles “te quiero, gracias por quererme” con un dibujo, con un abrazo, como podáis. Transmitís ese amor De Dios a todos los demás, también a vuestros amigos, incluso a aquellas personas que os caigan un poco mal, también hay que quererlas y demostrarle que todas las personas son importantes para nosotros, al igual que lo eran para Jesus. Yo ahora os lo digo cuánto os queremos y lo importantes que sois para nosotros. Un fuerte abrazo. Dejad vuestros comentarios y compartid vuestro amor vuestro corazón con todos los que os / nos rodean!.

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