Para los padres: Hoy tenemos un tema muy cercano a los niños y que les encantará podáis trabajarlo con ellos y contarles su propio Bautismo: Cuando eras pequeño, te llevamos a bautizar. El sacerdote derramó agua sobre tu cabeza y dijo unas palabras muy importantes: Pronunció tu nombre en voz alta y dijo:
“Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Como siempre, empezaremos haciendo una pequeña oración precedida de la señal de la cruz para ponernos en manos de Dios.
Estamos ante el primero de los tres Sacramentos del proceso de iniciación cristiana, el Bautismo, que da comienzo a la vida nueva en Cristo. Los otros dos son la Confirmación (supone el afianzamiento de esa vida nueva) y la Eucaristía (el alimento del Cuerpo y la Sangre de Cristo).
Pero, … ¿cómo fue el Bautismo de Jesús? Cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús en el río Jordán sucedió una cosa maravillosa:
“En cuanto Jesús salió del agua, de pronto el cielo se abrió, y Jesús vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo, que decía: ‘Este es mi Hijo amado, a quien he elegido’ ”
(Mateo 3, 16-17)
Sabemos que Jesús empezó su vida pública después de este hecho, y es después de su Resurrección cuando confiere esta misión a sus Apóstoles:
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”
(Mt 28, 19-20; Mc 16, 15-16)
Desde los tiempos más antiguos, el Bautismo es dado a los niños porque es una gracia y un don de Dios que no suponen méritos humanos. Los niños son bautizados en la fe de la Iglesia.
Por el Bautismo somos liberados del pecado, regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros del cuerpo de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. Es decir, renacemos a una nueva vida, recibimos la vida misma de Dios que va creciendo en nosotros día a día.
Para recordarnos esto, para darnos su vida, Dios utiliza el agua. Dios, a través del agua que se emplea en el Sacramento del Bautismo, nos comunica su vida. El agua del Bautismo nos comunica la vida de Jesús resucitado, es decir, la vida de Dios en nosotros. Dios Padre quiere darnos su vida y manda al Espíritu Santo a nuestros corazones para hacernos semejantes a su hijo Jesús.
Para los niños:
Seguro que recordáis cómo, en el tema 2 de catequesis en el que hablábamos de la Iglesia como una gran familia, decíamos que la familia de los cristianos entramos a formar parte de la Iglesia por el Bautismo.
Quizás hayáis visto fotos de vuestro propio Bautismo o hayáis estado en alguno de algún familiar. Si no es el caso o aunque ya las hayáis visto, podéis volverlas a recordar junto a vuestra familia. Preguntadles cómo fue ese día, qué dijo el sacerdote mientras os bautizaba y otras preguntas que tengáis relativas al día en que recibisteis este Sacramento tan importante que supone nuestra incorporación a la Iglesia.
¿Sabéis cómo fue el Bautismo de Jesús? En el siguiente enlace podéis ver una pequeña animación:
¿Os ha gustado? Os invito a que podáis representarla también vosotros en casa.
¿Alguna vez os habéis parado a pensar lo importante y maravillosa que es el agua en nuestra vida? Podéis recordar algún momento en que habéis estado en plena naturaleza junto a un río, a una cascada, junto al mar, o habéis escuchado el agua de lluvia … y pararos a pensar cómo os habéis sentido en ese momento. ¿Qué ocurriría si no tuviéramos agua? (plantas, animales, ser humano). El agua es un elemento fundamental para la vida de todos los seres vivos. ¿Sabéis? En vuestro Bautismo, el agua fue un elemento muy importante. Por el agua, renacisteis a una nueva vida. ¿Habéis visto alguna foto del sacerdote derramando el agua en vuestras cabezas o la de algún niño? Os vamos a pedir que compartáis con nosotros una foto de vuestro bautismo.
Cuando os acerquéis a la Iglesia, os animamos a que os acerquéis a la pila bautismal y hagáis la señal de la cruz como recuerdo de ese día.
Terminamos la catequesis de hoy dando gracias a Dios por el gran don del Bautismo y ayudándonos de la siguiente canción: